miércoles, 11 de abril de 2007

Mentiras arriesgadas

Escribe algo extraordinario y tendrás en tus manos un Pulitzer. Esto es lo que debía de pensar Stephen Glass todos los días al escribir sus artículos en The New Republic, una de los semanarios más prestigiosos de EE.UU.
El 6 de Mayo y con tan solo 25 años Glass pasó a formar parte de la historia reciente del periodismo; todo ello debido a su especial interés a la hora de falsear las informaciones.

Billy Ray, con su película El precio de la verdad (2003), plasmó en la pantalla el escándalo que, anteriormente, Forbes, revista estadounidense especializada en el mundo de los negocios y las finanzas, había sacado a la luz.
Uno de los redactores de esta revista en la Web, Adam Penenberg, al leer el artículo Hack Heaven (6 de Mayo de 1998) en el que se habla de un hacker adolescente, pensó que era demasiado bueno para ser cierto, por lo que inició una investigación con el objetivo de comprobar las fuentes utilizadas por éste.

Tal y como recoge Forbes en su edición digital, todo fue pura ficción. La historia, inventada de principio a fin, había sido publicada con el consentimiento de The New Republic, aunque, como se desmotró posteriormente, nadie de dicha publicación conocía que las fuentes empleadas en ese artículo habían sido creadas por el propio Glass.
La mentira ideada por el periodista había llegada hasta el punto de crear una página Web para que el responsable del semanario, el editor, Chuck Lane, no desconfiara de él.

Las consecuencias para The New Republic y, en general, para el mundo del periodismo, fueron devastadoras. Hay que tener en cuenta que el polémico artículo había sido publicado en una de las revistas con mayor reputación y firmado por uno de los periodistas con más nombre del panorama periodístico.

Los últimos años de la década de lo 90 se caracterizan por el auge o explosión de los medios electrónicos o, lo que es lo mismo, la aplicación de las nuevas tecnologías al ámbito de la comunicación e información. Se produce el nacimiento de los primeros diarios digitales, entendiendo como digitales aquellos que incluyen no sólo la información que aparece en la edición impresa, sino que elaboran las noticias directamente en la Red, por lo que la repercusión de este hecho fue devastadora para los medios de comunicación, en especial, impresos y electrónicos, dado el volumen de información, así como la facilidad de acceder a ésta a partir de la generalización de Internet.

Sin embargo, este no es más que uno de los múltiples casos que se han producido en lo relacionado con la falsedad de la información. Uno de los más sonados fue el de Jayson Blair, periodista de la sección de Nacional del The New York Times, el cual cometió graves errores de veracidad, además de la invención de la mayor parte de las entrevistas que realizó y cometió plagio en más de 70 notas aparecidas en diversas secciones del periódico desde el mes de junio de 1998, cuando entró a trabajar en ese periódico.


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